«Mi nombre es Oscar y quisiera contaros mi experiencia tanto personal como en el Instituto Galene de Colmenar Viejo.
Tengo clarísimo que puede ayudar a muchas personas que hayan o estén padeciendo problemas de ansiedad, depresión, TOC o cualquier tipo de trastorno que en definitiva les impida ser felices. Es importante tener ejemplo de personas reales que como muchos de vosotros estén inmersos en esta autentica “PESADILLA “.
Desde hace aproximadamente 15 años he pasado por varias depresiones y síntomas derivados de la ansiedad que para alguno sería difícil de creer así a priori. He llegado a contabilizar más de 40 de todos los tipos y colores. En algún momento me he llegado a plantear cosas muy serias sobre la propia existencia. En todo este periodo mi sustento ha sido la medicación psiquiátrica.
Hay gente que cuenta que no les ha ido bien y yo tengo que afirmar y reconocer que sirve y de bastante.
Entre un episodio y otro de depresión se acortaba el tiempo. Siempre he sido un luchador incansable y tenia que tomar otro camino, otra solución. Ni que decir tiene que en este periodo he leído libros de autoayuda y escuchado todo tipo de cosas como si no fuese a haber mañana. Era urgente algún salvavidas.
Pero hay amigos. Un buen día (y en qué bendita hora) fui a ver a Ángel. Recibí un trato espectacular. En todo momento me sentí cómodo y con la sensación de que por fin había dado con la tecla. Me dejo claro que milagritos no hacían. Todo lo que me pasaba era por un motivo que había que buscar y que ellos me iban a ayudar a encontrarlo y me enseñarían las herramientas para hacerlo y sanar esas heridas. De paso quisiera dejar claro que para sanar hay que estar dispuesto a derrumbar nuestro castillo hecho a base de la educación recibida y nuestra experiencia vivida. Hay que hurgar en heridas abiertas que no sabemos que las tenemos y eso escuece y bastante.
Acto seguido apareció “mi otro ángel llamado Lucia “. Era la persona designada para acompañarme en este grandioso e incierto viaje. No tengo ninguna duda que cualquier otra persona del centro (en el cual hay grandísimos profesionales) hubiera estado capacitada para dicha labor, pero sí quisiera hacer mención muy especial hacia su persona. Me reitero en decir que aparte de ser una grandísima profesional tiene una calidad como persona impresionante y difícil de igualar. Desde el segundo cero me supo entender a la perfección. Su trato, cariño y cercanía han hecho que este viaje este teniendo un desenlace muy favorable y jamás soñado.
Ya sabes Lucia que te estaré eterna e infinitamente agradecido. Muchísimas gracias por todo.
P.D – No quisiera olvidarme de Elena. Por experiencia de un familiar muy cercano también puedo acreditar su gran profesionalidad.
Gracias a todos. En definitiva, todos de una manera u otra, formáis parte de mi vida.»